jueves, 12 de mayo de 2016

¿Pueden Verónika Mendoza y el Frente Amplio ganar en el 2021?

PERÚ EVENTOS EN VIVO.- POR DÉBORA DONGO-SORIA
El resultado obtenido por el Frente Amplio en las elecciones plantea una pregunta: ¿puede la izquierda consolidarse como una fuerza viable de cara a las elecciones del 2021?

El 37% de los peruanos cree que Verónika Mendoza postulará a la presidencia en el 2021 pero que no ganará, mientras que el 35% considera que postulará y sí ganará, de acuerdo a una encuesta elaborada por Ipsos Perú para SEMANAeconómica. El 12% piensa que postulará al Congreso.


El 40% de los NSE D y el 41% del NSE E, que representan 6.2 millones de votantes según cálculos de SEMANAeconómica, opinan que postulará y sí ganará la presidencia. En el caso de los NSE A, B, el 63% y el 46% cree que postulará pero no ganará. En el NSE las opiniones están más divididas.


Verónika Mendoza ha dicho que será necesario “refundar” el partido para buscar la unidad de la izquierda. ¿Podrá lograrlo? Los analistas consultados coinciden en que sí, pero que no será un camino libre de obstáculos.

AÚN TIENE POSIBILIDADES
La izquierda peruana no conseguía un resultado tan bueno en las elecciones generales desde 1985. El triunfo de Ollanta Humala en el 2011 y su resultado en el 2006 no puede atribuirse a un éxito de la izquierda: su atractivo provino más por ser una alternativa de cambio que por una ideología específica y además debió moderar su discurso para ganar. En 1985, como ahora, la izquierda se presentó en bloque; pero la Izquierda Unida de entonces terminó por fragmentarse.

La socióloga Noelia Chávez sostiene que, a diferencia de otras figuras, la juventud, el carisma, la apertura al diálogo y el discurso político más liberal de Mendoza (a favor de los derechos civiles) la ayudan a fortalecer su liderazgo. Su desempeño en la campaña le permitió llevar a veinte representantes al Congreso, lo que posiciona al Frente Amplio como la primera minoría parlamentaria. “La bancada va a ganar capacidad de negociación y experiencia de gobierno. Si aprovecha eso, podrá generar más cuadros, renovar su discurso más adelante y demostrar que tiene capacidad de gestión”, explica.

A partir del capital político ya construido, el politólogo de la PUCP Rodrigo Gil –quien ha realizado una tesis sobre Izquierda Unida– señala que, a través del liderazgo de Mendoza, el Frente Amplio debería dejar de lado las disputas internas para concentrarse en las elecciones regionales del 2018. “Tiene que empoderarse en los gobiernos locales [en las elecciones regionales del 2014 el partido casi no logró representación] y resolver sus problemas para desmarcarse de la idea de que la izquierda no sabe gobernar, y así crear una marca de gobierno. Sólo así podrá pensar en las elecciones del 2021”.

Sólo si consigue posicionarse como oposición, el Frente Amplio podría aprovechar los eventuales errores y el desgaste del partido de gobierno para fortalecerse. Félix Puémape, investigador del IEP, explica que la contraposición entre un gobierno de derecha (PPK o Keiko Fujimori) y una oposición de izquierda (Frente Amplio), ayuda a que esta última gane visibilidad. Frente a un eventual gobierno fujimorista tendría más oportunidades de levantar su voz, pero también podría perder votos si el fujimorismo aplica una política clientelista.

“Esto [la contraposición con un gobierno de derecha] le da mayores chances de ser más visibles y posicionarse mejor”, explica Puémape. Agrega que no hay otra agrupación política que tenga una agenda parecida a la del Frente Amplio, por lo que el partido de Mendoza podría aprovechar mejor el desgaste de un gobierno de derecha hacia el 2021.  

EL ROL DEL ELECTOR
Más allá del trabajo y de los aciertos del Frente Amplio, su desempeño en las próximas elecciones dependerá del elector.

Un análisis de SEMANAeconómica (SE 1513) previo a la primera vuelta detalló que el factor ideológico no sería determinante a la hora de votar, sobre todo en la última semana de campaña. La insistencia en la ‘transformación’ del modelo económico desde la izquierda (ya) no es suficiente para ganar la carrera presidencial: los peruanos quieren un Estado más eficiente, no un modelo económico opuesto al actual, y el manejo económico estable de los últimos años ha apaciguado el deseo por un cambio radical .Los resultados de primera vuelta y el giro hacia el centro de Humala durante la campaña del 2011 lo demuestran.

Además, la izquierda por sí sola no necesariamente ha conquistado el sur. “La izquierda ha desarrollado un trabajo ahí esta vez [Verónika Mendoza logró la mayoría de votos en las regiones del sur en primera vuelta], pero mañana más tarde otro lo puede aprovechar”, comenta el economista Carlos Adrianzén. Fuente: www.semanaeconomica.com

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